Muchas familias temen la hora de la comida, los gritos, los disgustos y el mal ambiente se hacen con este momento y no tiene porque ser así. Aquí os dejo las claves para que vuestra hora de comer sea un momento de agradable.
Momentos de la familia a la hora de comer
ANTES DE SENTARNOS
La elección del menú
- En la medida de lo posible, hay que contar con la opinión de los más pequeños. Sí, participar en este momento les alienta a sentir que la comida es importante y que ellos tienen la posibilidad de elegir, siempre dentro de unos límites claro y con nosotros como guía. Preguntarles si prefieren carne o pescado, preguntarles como les gusta más si a la plancha o rebozado y saber negociar el momento, es importante. Obviamente, no siempre se puede hacer esto, por eso digo en la medida de lo posible pero creedme que hacerles participes de este tipo de decisiones marca la diferencia. Por su puesto si lo que hay es pescado con brócoli y patatas es lo que hay, es cuando antes de obligar y cenar llorando es cuando podemos preguntar ¿Qué te parece si…? ¿Cómo podríamos hacer para que…? y escucharles ¿ok no quieres pescado? ¿ mira, que te parece, tengo una idea, y si…etc ¡Saca el negociador que llevas dentro! te ayudará a llegar a un acuerdo sin tener que usar los gritos ni las amenazas, todo manteniendo la calma, estableciendo límites y escuchando atentamente sus necesidades.
Estableciendo hábitos
- La hora de la comida es importante, comer siempre a la misma hora, aunque flexibles y coherentes, con la situación. Hábitos de higiene, como lavarse las manos antes de sentarse y los dientes después, en muchas familias se dicen palabras de agradecimiento, en otras no, ¡perfecto! todo es establecer hábitos, esas pautas de actuación que se repiten y que les dan seguridad.
Poner la mesa, un trabajo en equipo
- Además de ser una familia, es importante fortalecer el vínculo y trabajar en equipo por el bien común y que mejor momento para que ellos compartan con nosotros, que el de poner la mesa: servilletas, cubiertos, vasos, todo en su lugar dando la salida para comenzar de una forma positiva, y disfrutar de la cena también todos juntos.
Toma de decisiones
- Los niños saben tomar decisiones, sí, ellos pueden y además esto, les empodera, les da seguridad, mejora su autoestima, solo beneficios. Una muy buena opción es poner la comida en medio de la mesa y darles la posibilidad de que ellos mismos se sirvan y decidan lo que quieren, os sorprenderíais cuando muchos, pasado un tiempo de esta práctica, sin tener que forzar, deciden de repente… ¡REPETIR! Ya sabéis cuanto más forzamos una situación, más resistencia creamos.
DURANTE LA COMIDA
Conversar
- Cuando quedamos para comer con nuestros amigos, normalmente hablamos con ellos, nos cuentan, nos preguntan que tal, nos reímos. Comer es un acto social. Hagamos lo mismo con los niños, disfrutemos con ellos de ese momento, contémosles nuestro día durante la cena, los planes que tenemos, preguntémosles qué hicieron con los abuelos o en el cole y apreciemos ese momento tan mágico para conectar.
Uso de pantallas mientras comemos
- No recomiendo para nada comer con el móvil ni con la televisión encendidos, os comento las razones. Primero porque como os he comentado en el punto anterior, es importante conectar nuestro hijos, es de vita importancia hablar con ellos, reírnos y compartir vivencias y opiniones. Estar presentes y disfrutar de una buena conversación, haciendo de la comida un momento especial. Segundo porque cuando ellos están viendo la tele o el móvil su cerebro esta distraído, por lo tanto, no esta siendo consciente de lo que come, cuanto come, con quien come, no es consciente ni puede estar atento a una conversación externa, el niño no se entera de que le estás hablando. Entonces si les damos la comida mientras están distraídos, es verdad, es más cómodo y fácil para nosotros, pero no están aprendiendo a comer solos, están aprendiendo a comer en compañia…de la tele, del móvil. Además suelen tardar más en comer con la tele, que sin ella y si les das tu la comida mientras ven la tele tampoco están sacando el máximo partido a este momento. Si no nos prestan atención cuando les hablamos, no es porque no quieran, es que literalmente su foco de atención esta en otro sitio, es normal que no coman.
Ni premios ni castigos por comer
- «Si te comes todo, te ganas una chuche», esto es un premio. ¿Por qué no se recomienda? pues porque el objetivo que perseguimos dando un premio, es el premio en sí, que es, en este caso concreto, comer una chuchería. Ellos comerán, pero solo por comerse la chuchería, no estarán disfrutando de la comida de una forma sana y placentera, no será para los enanos un momento especial, no estamos potenciando que disfruten de comer, que prueben cosas nuevas, que conversen con nosotros, simplemente comerán por conseguir su objetivo principal, la chuche de postre, la comida se convertirá en el momento de conseguir otra cosa.
- En cuanto al «te castigo, si no te comes todo» ese momento hace que la hora de comer se convierta en un, «no quiero que llegue la hora de la comida» obviamente a nadie le gusta ser castigado, en lugar de ser un momento agradable y de disfrute para todos, se convierte en la hora de me tengo que comer todo, no porque lo disfruto y me gusta comer, sino porque me castigan si no lo hago.
Flexibilidad
- Es importante ser flexibles. Valorar en su justa medida, lo que los niños quieren comer, ¿realmente es necesario entrar en cólera porque tu peque no ha dejado el plato totalmente vacío? se ha comido más de la mitad, y media fruta, podemos guardarlo para el día siguiente y nos ahorramos así el momento enfado y mal ambiente. Le podemos recordar que se sirva lo que realmente crea que se va a comer o servirse menos y si quiere más que repita. Hay muchas formas de hacerlo de una forma respetuosa, poniendo limites y dando opciones.
AL TERMINAR DE COMER
La comida no ha terminado cuando se termina el postre… ahora queda recoger y todos colaboran, es como ya cite en el punto de poner la mesa, un momento de unión, de trabajo en equipo, cooperación. Trabajamos la responsabilidad, la cortesía y el respeto.
Comenzar por que ellos recojan su vaso, su plato, el salero, barrer o limpiar la mesa, etc. tareas que se adaptan a su edad y que les empoderan mientras trabajan su autoestima, porque se sienten capaces de hacerlo y se valora su aportación.
Todo con una sonrisa y con calma. Para conseguir cambios el esfuerzo y la constancia son necesarios.
Espero que os sirva
Ánimo Familias
Recordad que podéis escuchar el anterior episodio del podcast sobre las emociones: qué son, cómo identificarlas y cómo trabajar con ellas